como influye el alcohol en las relaciones

¿Cómo influye el alcohol en las relaciones familiares y de pareja?

¿Sabes cómo influye el alcohol en tus relaciones? Es probable que si has llegado hasta aquí has empezado a notar que tu consumo de alcohol ha aumentado. O que quizá este hábito está ocasionando fricciones en tu vida. Tal vez más discusiones con tu pareja, malos momentos con tus padres o hijos, amigos, etc. 

En esta publicación, nuestros expertos en adicciones abordan qué es el alcoholismo y cómo esta adicción puede afectar la forma cómo te relacionas con los demás.

¿Qué es el alcoholismo?

El alcoholismo es una enfermedad crónica, lo que significa que se desarrolla con el tiempo y tiende a mantenerse si no se trata adecuadamente. No se trata solo de beber con frecuencia, sino de una dependencia que lleva a la persona a sentir que necesita el alcohol para enfrentar el día, calmarse o sentirse mejor.

Este trastorno no aparece de un momento a otro. Generalmente, comienza con un consumo habitual que se vuelve cada vez más difícil de controlar. Con el tiempo, la persona puede necesitar beber más cantidad para sentir los mismos efectos (esto se llama tolerancia) y puede experimentar malestar físico o emocional si no lo hace (abstinencia).

El alcoholismo afecta la salud, la mente, la vida familiar, el trabajo y las relaciones. Y aunque es una enfermedad crónica, sí tiene tratamiento. Con ayuda profesional y apoyo adecuado, es posible dejar de beber, recuperar el equilibrio y construir una vida más sana.

Impacto del alcoholismo en la pareja

¿Cómo afecta el alcoholismo en la relación de pareja? El alcoholismo puede tener consecuencias profundas en la dinámica de pareja, tanto en relaciones convivientes como en aquellas en las que no se comparte el mismo espacio. Uno de los efectos más frecuentes es el establecimiento de vínculos marcados por la dependencia emocional y, en muchos casos, la codependencia.

Cuando solo una de las personas en la relación presenta una adicción al alcohol, es común que el vínculo se desequilibre. La persona alcohólica suele buscar una pareja que asuma un rol protector, de contención o incluso de rescate. Esto puede derivar en una dinámica donde la pareja sobria actúa como cuidadora, justificando comportamientos, ocultando las consecuencias del consumo o intentando controlar la situación, lo cual genera una gran carga emocional y psicológica. 

Con el tiempo, esta interacción puede consolidar una relación de codependencia, especialmente cuando el o la alcohólica está bajo los efectos del alcohol o atravesando una crisis relacionada con su adicción. En este tipo de vínculo, la pareja no alcohólica puede sentirse responsable del bienestar del otro, relegando su propia salud emocional y sus necesidades personales.

Además, el alcoholismo suele estar asociado a comportamientos como la evasión de conflictos, la agresividad, la inestabilidad económica, la negligencia afectiva o, en casos graves, la violencia. Todos estos factores deterioran la confianza, la comunicación y el proyecto de vida en común.

¿Cómo afecta el alcohol las relaciones familiares?

Los conflictos familiares que genera el alcoholismo suelen parecerse mucho a los que se presentan en las relaciones de pareja, especialmente cuando la persona con adicción convive con sus padres u otros parientes cercanos. En estos casos, son frecuentes las discusiones constantes (ya sea bajo los efectos del alcohol o no), la pérdida de confianza debido a recaídas, los problemas de comunicación e, incluso, en situaciones más graves, la violencia.

También se produce un impacto psicológico en el resto de la familia, que comienza a vivir en función del estado del familiar que padece la enfermedad. Muchas veces, en lugar de poner límites claros, la familia se adapta a la situación, justificando comportamientos o cediendo constantemente, lo cual termina afectando su bienestar individual y colectivo. Apoyar no es lo mismo que permitir o encubrir: acompañar la recuperación implica reconocer los límites, pedir ayuda y evitar asumir un rol que le corresponde a profesionales.

Lo más recomendable es que no solo la persona alcohólica reciba atención psicológica, sino también sus familiares. Esto es importante incluso cuando el familiar con adicción no accede a iniciar o continuar el tratamiento. En esos casos, el entorno puede fortalecerse, aprender a protegerse y a gestionar mejor el vínculo desde el cuidado y la firmeza.

¿Cómo influye el alcohol en las relaciones sociales?

El consumo de alcohol puede afectar significativamente las relaciones sociales, incluidas las de pareja y familiares. Una de las consecuencias más comunes es la desinhibición, es decir, la pérdida de control sobre lo que se dice o se hace. Bajo los efectos del alcohol, muchas personas adoptan conductas que no tendrían estando sobrias.

Esto puede incluir comportamientos como exponerse públicamente, actuar de forma impulsiva, entablar relaciones con desconocidos o involucrarse en situaciones íntimas sin protección ni conciencia plena de las consecuencias. Estas acciones no solo ponen en riesgo a la persona que consume, sino que también pueden afectar profundamente a su entorno cercano, especialmente a su pareja, si la tiene.

Además, el consumo excesivo puede deteriorar otras relaciones sociales importantes, como las amistades, los vínculos laborales o los espacios comunitarios. La pérdida de confianza, los conflictos, las promesas incumplidas o los episodios vergonzosos pueden llevar al aislamiento o al deterioro del círculo social.

Por eso, es importante reconocer que el alcoholismo no solo tiene un impacto interno, sino que modifica la forma en que una persona se vincula con los demás, muchas veces sin que sea plenamente consciente de ello.

¿Cómo ser libre de alcohol?

El consumo de alcohol puede afectar significativamente las relaciones sociales, incluidas las de pareja y familiares. Una de las consecuencias más comunes es la desinhibición, es decir, la pérdida de control sobre lo que se dice o se hace. Bajo los efectos del alcohol, muchas personas adoptan conductas que no tendrían estando sobrias.

Esto puede incluir comportamientos como exponerse públicamente, actuar de forma impulsiva, entablar relaciones con desconocidos o involucrarse en situaciones íntimas sin protección ni conciencia plena de las consecuencias. Estas acciones no solo ponen en riesgo a la persona que consume, sino que también pueden afectar profundamente a su entorno cercano, especialmente a su pareja, si la tiene.

Además, el consumo excesivo puede deteriorar otras relaciones sociales importantes, como las amistades, los vínculos laborales o los espacios comunitarios. La pérdida de confianza, los conflictos, las promesas incumplidas o los episodios vergonzosos pueden llevar al aislamiento o al deterioro del círculo social.

Por eso, es importante reconocer que el alcoholismo no solo tiene un impacto interno, sino que modifica la forma en que una persona se vincula con los demás, muchas veces sin que sea plenamente consciente de ello.

 

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