La mirada humanista hacia la dependencia emocional: cómo la Gestalt entiende estos vínculos
Cuando escuchamos hablar de dependencia emocional, muchas veces lo primero que viene a la mente es la idea de un defecto de carácter o incluso una etiqueta: “eres dependiente”. Esa manera de mirar puede ser muy dura, porque coloca a la persona dentro de una categoría cerrada, como si fuera algo que define toda su identidad. Pero ¿qué pasaría si en lugar de verlo así, entendiéramos la dependencia emocional como una forma de relacionarse aprendida, que puede revisarse y transformarse?
La psicología humanista, y en particular la terapia Gestalt, ofrece esa otra manera de comprender lo que ocurre cuando alguien se siente atrapado en vínculos de dependencia. En este artículo respondemos a las preguntas más frecuentes: cómo la Gestalt entiende la dependencia emocional, por qué es tan importante poner el foco en los recursos y no solo en los síntomas, y en qué se diferencia de miradas más médicas o diagnósticas.
¿Cómo entiende la Gestalt la dependencia emocional?
La Gestalt se centra en el aquí y ahora. No se limita a mirar la historia pasada ni a poner etiquetas diagnósticas, sino que se interesa en cómo la persona está viviendo sus relaciones en el momento presente.
Desde esta perspectiva, alguien que busca de forma constante la confirmación de su pareja no es “una persona dependiente” en esencia. Más bien, es alguien que aprendió a relacionarse desde el miedo al abandono y que todavía no ha encontrado otra forma más libre y consciente de estar en relación.
La Gestalt también considera la totalidad de la persona. No reduce la experiencia a un síntoma aislado, como la ansiedad cuando la pareja tarda en contestar, sino que ve cómo ese comportamiento se conecta con las emociones, el cuerpo, las creencias y la historia personal. La dependencia emocional no es un rasgo fijo, sino una manera de vincularse que se puede observar, explorar y transformar.
Un ejemplo muy común: alguien que revisa constantemente el móvil no lo hace solo por “obsesión”. Lo hace porque en ese gesto hay una búsqueda de seguridad. El terapeuta humanista acompaña a la persona a darse cuenta de esa necesidad y a explorar otras formas de calmarse que no pasen únicamente por la respuesta del otro.
¿Por qué es importante centrarse en los recursos y no solo en los síntomas?
Un error común cuando se habla de dependencia emocional es quedarse únicamente en el síntoma visible: revisar el teléfono compulsivamente, tener miedo a salir solo, evitar conflictos a toda costa o buscar confirmaciones constantes de los demás. Desde una mirada reduccionista, el objetivo sería simplemente eliminar ese síntoma.
Sin embargo, la Gestalt entiende que el síntoma no es el problema en sí mismo, sino un intento fallido de resolver algo más profundo.
- Revisar el móvil compulsivamente es un intento de calmar el miedo al abandono.
- Evitar conflictos a toda costa es una forma de protegerse del dolor de sentirse rechazado.
- Buscar aprobación constante es una manera de sostener una autoestima frágil.
En lugar de quedarse en la superficie, la terapia humanista ayuda a descubrir qué necesidad real hay detrás de ese comportamiento y qué otros recursos puede desarrollar la persona para atenderla.
Esto ofrece una visión mucho más esperanzadora: no se trata de corregir o eliminar, sino de ampliar el repertorio de formas de relacionarse. El foco está en lo que la persona sí puede hacer, en los recursos que ya tiene aunque no los haya reconocido, y en cómo puede empezar a confiar más en sí misma.
Un ejemplo de cómo se trataría en terapia: si alguien siente que su valor depende siempre de la aprobación de los demás, el trabajo en terapia puede incluir ejercicios de contacto consigo mismo, de reconocimiento de logros personales y de exploración de límites. Así, poco a poco, se aprende a sostener la propia valía sin depender tanto de la validación externa.
¿En qué se diferencia la mirada humanista de enfoques más médicos o diagnósticos?
En modelos más médicos o diagnósticos, la dependencia emocional puede describirse en términos de trastornos de personalidad, apegos inseguros o síndromes específicos. Esta forma de trabajar tiene ventajas: permite clasificar, investigar y estandarizar tratamientos.
Sin embargo, también tiene limitaciones. Al centrarse en el diagnóstico, se corre el riesgo de reducir a la persona a una etiqueta: “tienes este trastorno”, “eres dependiente”. Eso puede generar estigma, resignación o incluso una sensación de que no hay salida más allá de controlar los síntomas.
La mirada humanista y gestáltica propone algo distinto. Se interesa por preguntas como:
- ¿Cómo vives tus relaciones hoy?
- ¿Qué sientes en tu cuerpo cuando alguien se aleja?
- ¿Qué creencias sostienen tu forma de actuar?
- ¿Qué recursos internos ya tienes que pueden ayudarte a relacionarte de otra manera?
Esta forma de trabajar devuelve el protagonismo a la persona. En lugar de definirla por un diagnóstico, la reconoce como un ser completo, con limitaciones pero también con recursos, potencialidades y capacidad de cambio.
Conclusión
La dependencia emocional no tiene que entenderse como una condena ni como una etiqueta fija. La mirada humanista, y en especial la Gestalt, la entiende como una forma de relacionarse aprendida que puede observarse, comprenderse y transformarse.
La diferencia fundamental con otras perspectivas es que aquí la persona no se reduce a un síntoma ni a un diagnóstico, sino que se acompaña su experiencia en toda su complejidad. Se pone el foco en sus recursos, en lo que sí puede hacer, y se trabaja en el presente para abrir caminos hacia relaciones más libres, conscientes y equilibradas.
En InTerapia contamos con Daniela Papetti, especialista en psicología humanista de orientación Gestalt. Daniela tiene una sólida formación universitaria y una amplia experiencia en el acompañamiento de personas que viven atrapadas en la dependencia emocional. Su enfoque se centra en ayudar a cada persona a reconectar con sus propios recursos, a comprender qué patrones mantienen el vínculo de dependencia y a recuperar la confianza en sí misma para construir relaciones más sanas.
Si sientes que la dependencia emocional está marcando tus relaciones, contacta con nosotros en InTerapia y agenda tu primera sesión con Daniela Papetti. Da el paso hacia un proceso terapéutico seguro, profesional y centrado en tu crecimiento personal.
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